INTRODUCCIÓN
"
El amor no
debe doler. El
amor implica
confianza, protección,
respeto a los
gustos del otro,
comunicación, caricias, ayudas al
crecimiento emocional y espiritual. Consiste en compartir la vida
con alegría, dialogar sobre las diferencias y
preferencias, y respetar la integridad
física,
moral y
espiritual de la
persona
amada".
La
violencia
intrafamiliar es un fenómeno de ocurrencia mundial en
el que las mujeres y los
niños
son los
grupos más
vulnerables. La OMS asegura que una quinta parte de las mujeres
en el mundo es objeto de violencia en alguna etapa de su vida y
como consecuencia de ello presentan altos índices de
discapacidad,
tienen doce veces más intentos de
suicidio y
altas tasas de mortalidad en comparación con
población que no la padece.
La
violencia intrafamiliar no siempre resulta
fácil de definir o reconocer. En términos generales
podríamos designarla como el uso deliberado de la
fuerza para
controlar o manipular a la pareja o al
ambiente
más cercano.
Se trata del abuso psicológico, sexual o
físico habitual. Sucede entre personas relacionadas
afectivamente, como son marido y
mujer o adultos
contra los menores que viven en un mismo
hogar.
La violencia intrafamiliar no es solamente el abuso
físico, los golpes, o las heridas. Son aún
más terribles la violencia psicológica y la sexual
por el trauma que causan, que la violencia física, que
todo el mundo puede ver. Hay violencia cuando se ataca la
integridad emocional o espiritual de una
persona.
La violencia psicológica se detecta con mayor
dificultad. Quien ha sufrido violencia física tiene
huellas visibles y puede lograr ayuda más
fácilmente. Sin embargo, a la víctima que lleva
cicatrices de tipo psicológicas le resulta más
difícil comprobarlo.
DEFINICIÓN DE
VIOLENCIA
La violencia intrafamiliar es toda
acción
u omisión protagonizada por los miembros que conforman el
grupo
familiar, este puede ser por afinidad,
sangre o
afiliación y que transforma en agresores las relaciones
entre ellos causando
daño
físico, psicológico, sexual, económico o
social a uno o varios de ellos.
Este maltrato se puede especificar como:
- Físico: Actos que atentan o
agreden el cuerpo de la persona tales como empujones,
bofetadas, golpes de puño, golpes de pies,
etc.
- Psicológico: Actitudes
que tienen por objeto causar temor, intimidar, y controlar las
conductas, sentimientos y pensamientos de la persona a
quién se está agrediendo como las
descalificaciones, insultos, control,
etc.
- Sexual: Imposición de actos
de carácter sexual contra la voluntad de la
otra persona. Como por ejemplo exposición a actividades sexuales no
deseadas, o la manipulación a través de la
sexualidad.
- Económico: No cubrir las
necesidades básicas de la persona y ejercer control a
través de recursos
económicos.
FACTORES DE LA
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
La violencia puede ser estudiada desde varios
enfoques:
- Perspectiva biológica: Algunos casos de
lesiones en el sistema
límbico, en los lóbulos frontales y temporales o
anormalidades en el metabolismo
de la serotonina pueden predisponer a la
agresión.
- Perspectiva psicológica: Los padres que
más maltratan son aquellos que poseen baja autoestima,
los que tienen antecedentes de maltrato, los que están
deprimidos, los que tienen baja tolerancia a la
frustración y los dependientes al alcohol.
- Perspectiva psiquiátrica: Los testigos
y víctimas de violencia presentan altas tasas de
depresión y estrés
post-traumático. El abuso de sustancias y de alcohol,
así como los trastornos de personalidad
limítrofe o antisocial incrementan de manera
considerable el riesgo de
violencia. La violencia y el suicidio se han encontrado
relacionados.
- Perspectiva del contexto específico:
hay diferencias en la expresión de la violencia en
medios
rurales y en medios urbanos debido a que los estresores en
dichos ambientes son distintos.
- Perspectiva social: Hay evidencia de que los
aspectos sociales juegan papeles importantes en la
expresión de las conductas violentas, uno de ellos es la
trasmisión intergeneracional de la
violencia.
EFECTOS DE LA
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Al revisar las causas de la violencia intrafamiliar
también se hace importante identificar que tipo de efectos
tiene dicho fenómeno, entre los que se encuentran: la
disfunción de
la familia, el
distanciamiento de sus miembros y las mutaciones en su
comportamiento
o actitudes mentales. Los efectos pueden ser clasificados en:
psicofísicos y psicosociales, específicos y
genéricos o generales.
Los efectos psicofísicos son aquellos que
producen cambios psíquicos o físicos, en un mismo
acto. Los Psíquicos hacen referencia a la
desvaloración, baja autoestima y estrés emocional
producido por las tensiones que produce el maltrato, en los
empleados por ejemplo produce una baja en su rendimiento
laboral ya que
las tensiones emocionales dificultan la
concentración.
En cuanto a los físicos se manifiestan en forma
de hematomas, heridas abiertas, fracturas, quemaduras, etc. En el
acto sexual también se presenta violencia cuando este se
produce en forma forzada, produciendo cambios en la
personalidad y alteraciones en las relaciones con el
violador, marido o compañero permanente o con los otros
miembros de la
familia.
Los efectos psicosociales se dividen en internos y
externos. Los primeros son aquellos que generan la
marginación. La exclusión y la violación de
los
derechos
fundamentales de
la mujer y los
niños. Cuando se presenta un maltrato hacia la mujer esta
se ve obligada a aislarse de ciertas actividades sociales, de
relaciones interfamiliares y hasta en su propio hogar. Dentro de
la exclusión se ven afectados loa niños en cuanto
al afecto, puesto que una madre marginada forzosamente por la
violencia intrafamiliar no puede brindar a sus hijos el amor que
necesitan, lo que puede llevar a estos niños a la
drogadicción, la
prostitución y la
delincuencia.
CIRCULO DE LA
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Cuando una pareja es esta empezando su relación
es muy difícil que aparezca la violencia. Cada miembro de
la pareja
muestra su mejor
faceta. La posibilidad de que la pareja termine es muy alta si
ocurriera algún episodio de violencia.
La
dinámica de la violencia intrafamiliar
existe como un ciclo que pasa por tres fases, las que difieren en
duración según los casos. Es importante aclarar que
el agresor no
se detiene por si solo. Si la pareja
permanece junto a él, el ciclo va a comenzar una y otra
vez, cada vez con más violencia.
FASE 1. ACUMULACIÓN DE
TENSION
- A medida que la relación continúa, se
incrementa la demanda
así como el stress.
- Hay un incremento del comportamiento agresivo,
más habitualmente hacia objetos que hacia la pareja. Por
ejemplo, dar portazos, arrojar objetos, romper
cosas.
- El comportamiento violento es reforzado por el alivio
de la tensión luego de la violencia.
- La violencia se mueve desde las cosas hacia la pareja
y puede haber un aumento del abuso verbal y del abuso
físico.
- La pareja intenta modificar su comportamiento a fin
de evitar la violencia. Por ejemplo: mantener la casa cada vez
más limpia, a los hijos más silenciosos,
etc.
- El abuso físico y verbal
continúa.
- La mujer comienza a sentirse responsable por el
abuso.
- El violento se pone obsesivamente celoso y trata de
controlar todo lo que puede: el tiempo y
comportamiento de la mujer (cómo se viste, adónde
va, con quién está, etc.)
- El violento trata de aislar a la víctima de su
familia y amistades. Puede decirle, por ejemplo, que si se aman
no necesitan a nadie más, o que los de afuera son de
palo, o que le llenan la cabeza, o que están locos
etc.
Esta fase difiere según los casos. La
duración puede ser de semanas, días, meses o
años. Se va acortando con el transcurrir del
tiempo.
FASE 2. EPISODIO AGUDO DE
VIOLENCIA
- Aparece la necesidad de descargar las tensiones
acumuladas
- El abusador hace una elección acerca de su
violencia. Decide tiempo y lugar para el episodio, hace una
elección consciente sobre qué parte del cuerpo
golpear y cómo lo va a hacer.
- Como resultado del episodio la tensión y el
stress
desaparecen en el abusador. Si hay intervención policial
él se muestra calmo y relajado, en tanto que la mujer
aparece confundida e histérica debido a la violencia
padecida.
FASE 3. ETAPA DE CALMA, ARREPENTIMIENTO O LUNA DE
MIEL
- Se caracteriza por un período de calma, no
violento y de muestras de amor y
cariño.
- En esta fase, puede suceder que el golpeador tome a
su cargo una parte de la responsabilidad por el episodio agudo,
dándole a la pareja la esperanza de algún
cambio en la
situación a futuro. Actúan como si nada hubiera
sucedido, prometen buscar ayuda, prometen no volver a hacerlo,
etc.
- Si no hay intervención y la relación
continúa, hay una gran posibilidad de que la violencia
haga una escalada y su severidad aumente.
- A menos que el golpeador reciba ayuda para aprender
métodos
apropiados para manejar su stress, esta etapa sólo
durará un tiempo y se volverá a comenzar el
ciclo, que se retroalimenta a sí
mismo.
- Luego de un tiempo se vuelva a la primera fase y todo
comienza otra vez.
El
hombre agresor
no se cura por sí solo, debe tener un tratamiento. Si la
esposa permanece junto a él, el ciclo va a comenzar una y
otra vez, cada vez con más violencia.
CARACTERISTICAS DEL
AGRESOR
Los agresores suelen venir de hogares violentos, suelen
padecer trastornos psicológicos y muchos de ellos utilizan
el alcohol y
las drogas lo que
produce que se potencie su agresividad. Tienen un perfil
determinado de inmadurez, dependencia afectiva,
inseguridad,
emocionalmente inestables, impaciente e
impulsivo.
Una
investigación de los psicólogos
norteamericanos, el Dr. John Gottman y Dr. Neil Jacobson.
Señalan que los hombres agresores caen en dos
categorías: pitbull y cobra, con sus propias
características personales:
Pit bull:
- Solamente es violento con las personas que
ama
- Celoso y tiene miedo al abandono
- Priva a pareja de su independencia
- Pronto ora, vigilar y atacar públicamente a su
propia pareja
- Su cuerpo reacciona violentamente durante una
discusión
- Tiene potencial para la
rehabilitación
- No ha sido acusado de ningún
crimen
Cobra:
- Agresivo con todo el mundo
- Propenso a amenazar con cuchillos o
revólveres
- Se calma internamente, según se vuelve
agresivo
- Difícil de tratar en terapia
psicológica
- Uno depende emocionalmente de otra persona, pero
insiste que su pareja haga lo que él quiere.
- Posiblemente haya sido acusado de algún
crimen
- Abusa de alcohol y drogas.
En ocasiones la violencia del agresor oculta el miedo o
la inseguridad, que sintió de niño ante un padre
abusivo que lo golpeaba con frecuencia, al llegar a ser un adulto
prefiere adoptar
la personalidad del padre abusador a sentirse
débil y asustado. En otros casos, los comportamientos
ofensivos son la consecuencia de una niñez demasiado
permisiva durante la cual los padres complacieron al niño
en todo. Esto lleva al niño a creerse superior al llegar a
ser un adulto y a pensar que él está por encima de
la
ley. O sea, que
puede hacer lo que quiera y abusar de quien quiera. Piensa que se
merece un trato especial, mejor que el que se les da a los
demás.
CARACTERISTICAS DE LA MUJER VICTIMA DE
VIOLENCIA
La violencia se establece progresivamente en la pareja.
La mujer se deja maltratar, en algunos casos, porque se considera
la principal responsable del buen funcionamiento del
matrimonio y cree
que éste depende de sus propias habilidades para evitar
conflictos y
situaciones de violencia o ruptura matrimonial.
La principal razón que demora o impide el
abandono de la víctima es el temor a las represalias,
seguida de la dependencia económica y el miedo a perder
los hijos.
Algunos rasgos de la mujer victima de violencia
son:
- Cree todos los mitos acerca
de la violencia doméstica.
- Baja autoestima.
- Se siente culpable por haber sido
agredida.
- Se siente fracasada como mujer, esposa y
madre.
- Siente temor y pánico.
- Falta de control sobre su vida.
- Sentimientos encontrados: odia ser agredida pero cree
que le han pegado por su culpa, que se lo
merecía.
- Se siente incapaz de resolver su
situación.
- Cree que nadie le puede ayudar a resolver su
problema.
- Se siente responsable por la conducta del
agresor.
- Se aísla socialmente.
- Riesgo de adicciones.
- Acepta el mito de la
superioridad masculina.
- Teme al estigma del divorcio
A veces las mujeres no se separan y sufren en silencio
por miedo a perder su
seguridad
económica y la de sus hijos. Esto sucede sobre todo en la
mujer que no tiene
educación.